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#cuentoBD    Pidió pescado para comer y al darle un pellizco en el lomo escuchó «¡qué cosquillas!, miró a la sardina y esta le devolvió la mirada «pero cómeme tonto», las otras y

#cuentoBD    Les contaba que su oficio era tan viejo como la vida misma,ya lo hacían los neandertales, los griegos y los romanos, decía. La policía le dio la razón pero como el

#cuentoBD   Le diagnosticaron que no podía salir a la calle por problemas con el aire, por ello techó su jardín, enseguida comenzó a recibir visitas y se le masificó su

#cuentoBD    Una bruja, a la que ayudó, le regaló una olla que con unas palabras mágicas se llenaba de papas con chocos. Después de un mes comiendo lo mismo decidió descambiar el

#cuentoBD      Cuando no pudo bajar a la calle, porque las piernas no se lo permitían, ató una cuerda a un cubo y ahí los vecinos le iban dejando trozos del barrio, del mercado,

#cuentoBD La herencia que recibió de su tío, el de América, fueron sus utensilios de medicina que colocó bien visible en la casa. Los vecinos lo confundieron con un galeno de

#cuentoBD      El gato callejero quiso entrar en el bar gatuno que habían abierto para que los humanos los acariciaran. No lo dejaron entrar alegando que en el local había derecho

#cuentoBD    Las palmeras vieron erguirse a un gigante de metal que las superaba en altura, admiradas se flexionaron para rendirle pleitesía. Estuvieron así hasta que la grúa fue

#cuentoBD        Necesitaba poco para vivir, un techo para guarecerse, cielo para respirar y la naturaleza le ofrecía el resto, pero, inexplicablemente, a los vecinos no les daba