ARREGLOS A DOMICILIO


#cuentoBd     Su silla cojeaba de la pata delantera, la niveló con su compañera pero se desniveló la de atrás, fue cepillando aquí y allá hasta que le quedó un asiento para tatami perfecto. Al mirarla tuvo claro su futuro oficio y lo anunció: «El Manitas, arreglos a domicilio» y no le va mal.

*Todas las mañanas hay una imagen que me inspira un microcuento para dar los buenos días.

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