#cuentoBD    Tenía la mala costumbre de ver la paja en ojo ajeno y por eso no vio venir la viga que se le colocó en el suyo. Era tan visible que sus colegas intentaban quitársela

#cuentoBD    El agricultor estaba rojo y no por culpa del sol, si no por la tierra roja que pone su impronta en todo lo que se acercaba. Él estaba contento con ese color porque

#cuentoBD    El acantilado estaba tan orgulloso de si mismo que pidió ser admirado por todas las personas que fueran por allí. Los encargados de ello no eran tan inclusivos como

#cuentoBD    Esto es un limón, le dijo, tan agrio y cítrico como tú. ¡Mira quién fue a hablar!, le contestó, a la par que le comía su piel arrugada. Ella le respondió sacándole

#cuentoBD  Expurgaba garbanzos para encontrar una pepita de oro, lo había leido en un cuento y se lo había creído, mientras lo hacía, con los ojos cerrados, rezaba el rosario

#cuentoBD    Veía pelotas de tenis desde que iba al colegio, las ponían para evitar el ruido de sillas arrastradas. Las vio en el recreo porque no les dejaban las de fútbol y en

#cuentoBD        Al Titán lo castigaron con soportar todos los males del mundo y competía con Atlas a ver que pesadumbre pesaba más. Uno pensaba que era él porque lo contenía

#cuentoBD      Mauricio, eres tonto, la «chaveta» la perdiste en el líquido amniotico, le decían los vecinos.Todo porque cada día se subía al campanario a vigilar por si

#cuentoBD  Tenía ojo de mar porque la experiencia le había enseñado a mirarlo con cariño, temor, satisfacción, sorpresa, gusto, contemplación, de ida y venida, de paseo o nado y

#cuentoBD    Le dijo a su hijo que iban a comer calamares de campo. El chaval, sin decir nada, se fue a buscarlos para sorprender a su familia. Sin encontrar ningún cefalópodo