#cuentoBD    Desde que se sumergió en el estudio de las tautologias filosóficas, lo veía todo más claro, dejó de tener que explicar lo que se definía por si solo, por primera vez

#cuentoBD    Por culpa de su misantropía nunca pedía información a humanos, por muy perdido que estuviera y como no sabía manejar los puntos de información virtual se tuvo que

#cuentoBD  Pasaba las horas buscando la cuadratura del círculo y ni la perfección ni el conocimiento le llegaba por ningún lado. Ante la imposibilidad de conseguirlo decidió

#cuentoBD  Lo desalojaron sin previo aviso y sus muebles los dejaron en la calle, como no tenía dónde meterlos, se quedó a vivir allí y cuando iba a trabajar lo alquilaba a

#cuentoBD  Llegó a la hora de comer, se sentó y al mirar a la mesa la encontró sin comida. Fue a protestar pero ella le hizo una señal de silencio y lo miró fijamente a los ojos.

#cuentoBD  Por cuestiones familiares, nunca estuvo más de dos años en la misma ciudad y en cada una de ellas cogía una enfermedad que se llevaba puesta. Por fin gritó ¡Victoria!,

#cuentoBD    Era más de cuesta abajo que para arriba. El problema es que cuando bajaba, la adrenalina se apoderaba de él y le impedía coger los frenos. Subir le daba pereza pero

#cuentoBD    Era de carrillo gustoso, al que todo el mundo gustaba pellizcar, a la par que le decían: «¡Qué mollete mas lindo tienes!» Se lo dijeron tantas veces que le quedó

#cuentoBD  ¡Ay, mihijo, qué tontito eres!, le decía su madre sonriendo. Esto le duo ánimos para hacer más tonterías. ¡Ay, que tontito eres!, le decían las novias, colegas y