#cuentoBD            Percutir, golpear y sacudir era lo que hacía cada mañana sobre los djembes antes de salir de casa para evitar hacerlo al vecino que se quejaba por el ruido.

#cuentoBD    Heredó el oficio paterno, probador de afeitadoras. Trazaba líneas en la cara y se afeitaba un día a la semana cada sector con una máquina diferente. Luego, su amante,

#cuentoBD                       La flor hizo que sus hijas miraran al frente para que vieran la inmensidad de aquella naturaleza que les albergaba esperanza de vida y les

#cuentoBD           Para fiestas sacaba la moto de su padre a pasear, los nietos se reían de él y él con ellos porque de eso se trataba, de disfrutar tanto como había disfrutado

#cuentoBD            Vivía al final de la calle y temía que cualquier día sería asaltado en ella. Sus pasos retumbaban en las paredes. Ya estaba a punto de entrar en casa

#cuentoBD               Era tan fanático de la lectura que rezumaba letras con las que iba impregnando todo lo que le rodeaba. El periódico local aprovechaba sus reseñas para las

#cuentoBD           Sentado en la soledad del bar, miró el perchero vacío y sintió envidia de la cantidad de secretos que callarían sus perchas. Deseó tanto ser una de ellas que

#cuentoBD            Lo llamaban «El excusas» porque tenía problemas con las palabras trabadas y trabajaba en una esclusa. La broma hizo que se volviera rudo y nunca pidiera

#cuentoBD         La cantaora le dijo las cuatro verdades del Barquero como ella mejor sabía decirlo, cantando. El receptor no rechistó, se limitó a agachar la cabeza y se fue con

#cuentoBD        Se envolvía en aluminio para protegerse de los rayos cósmicos, temía ser abducido por seres extraterrestres. No lo consiguió porque brillaba tanto que se fijaron