#cuentoBD   Hacer surcos era su misión, pero se lo tomó tan en serio que no puso límites para hacerlos y caminos, carreteras, autopistas, calles, escaleras, azoteas, casas y

#cuentoBD   En tiempos de cosecha no se quejaban del lunes porque trabajaban de sol a sol y todos los días de la semana. Se quejaban cuando no había trabajo porque tampoco habría

#cuentoBD ¡Cómeme las entrañas!, repitió una y otra vez. Lo amaba tanto que se resistía a la tentación, hasta que su instinto caníbal explotó y se lo comió. Cada uno a su manera,

#cuentoBD    Cansado del conflicto de la tapa del váter, sacó su vena inventiva y con un pulpo elástico lo solucionó. Eso contó en urgencias el día que el invento falló.

#cuentoBD Se deslizaba por la vida rítmicamente. No pisaba el suelo para sentir el aire en sus venas y circular libremente. El presidente ordenó que lo bajaran a la tierra por

#cuentoBD Cuando los retretes eran comunitarios la comunicación y la toma de decisiones eran mucho mejores, porque como todos se veían el culo, sabían de qué pasta estaban hecho.

#cuentoBD   Abrir y cerrar el zoom era su forma de ver el mundo. A veces por su estado anímico, otras por las noticias que escuchaba y la mayoría por intuición. Achicarlas o

#cuentoBD   ¡Estás para comerte el jamón!, le dijo la cochina al cochino, a lo que él le respondió ¡Pues anda que tú! Y se comieron hasta los andares el uno al otro. El que

#cuentoBD Con un refresco zero en la mano fue y le dijo: «abuela eso no es sano». Ella, después de comerse un buen trozo de chorizo y de darle un trago al porrón, le dijo:«llevas