EL FUTURO MOTORISTA
#cuentoBD No había moto que se le resistiera, era subirse y comenzar a saltar montículos y terraplenes. Detrás llegaba su madre con el carrillo de mano para recoger los restos de la máquina y su padre los del niño. «Si es así a los cinco años, verás cuando crezca», se lamentaban los progenitores.
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