#cuentoBD            Tenía la escalera que bajaba a su sótano tapada pero no escondida. Quería que todos supieran que la tenía y que si no bajaba era porque no le daba la gana.

#cuentoBD                     Dejó todo en modo espera y subió a la cima desnuda de todo convencionalismo, allí respiró en silencio. Al rato bajó, se peinó, vistió y siguió su

#cuentoBD        No lo iba a matar la enfermedad si no el médico, le había prohibido el único vicio que le quedaba ¡La cerveza!, ¡Ni la 00!, le había dicho. Para no morir, de

#cuentoBD        Paseando por el puerto lo vio, no pudo resistirse y bajó. Era como el submarino amarillo que tantas veces había escuchado cantar. Por un descuido quedó atrapado,

#cuentoBD                Había dejado de utilizar las redes y ya no se exhibía en ninguna de ellas. Quería los mensajes por escrito a mano, para olerlos, mirarlos, remirarlos y

#cuentoBD                     Mientras observaba el ir i venir de olas se balanceaba, al balancearse sintió el aire y comenzó a elevarse, al elevarse voló sobre su futuro, de

#cuentoBD              Porque le gustaba vivir, decidió perderse y abandonar la carga que había acumulado durante años. Para evitar reproches innecesarios, les dejó una carta

#cuentoBD              Le vino la duda de si salirse del camino o seguir el rumbo predeterminado. Se arriesgó y saltó al otro lado, al caer tropezó y se dio de bruces con el

#cuentoBD           ¡Que venga el cielo y lo vea!, deseó y se formó tal atasco que tuvieron que enviar a la policía eclesiástica para regular el tráfico celestial. En las alturas

#cuentoBD            Llevaba anclado en aquel barrio muchos años, nadie de dónde vino, pero sí que era una gran persona capaz de apagar cualquier conflicto sin violencia y ayudar