BRICOSICÓPATA


#cuentoBD      Lo mío no es el bricolaje, le advirtió. Pero insistió tanto que se puso a colgar el cuadro, pero era coger el trompo, taladro o guarrito y se volvía loco. El retrato acabó colgado en el salón del vecino «¡Te lo dije, soy un bricosicópata!», le dijo, mientras le pedía perdón a los de al lado.

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