EL DUEÑO DEL MANDO


#cuentoBD    El traumatólogo le concedió el sueño de su vida, «inmovilidad absoluta», le dijo. Sacó la cama al salón y cogió el dominio de los mandos, en plural, porque tenía uno para la luz, otro para la música, otros para la tv, la puerta, incluso uno para la cuña. ¡Placer absoluto!¡Qué mas quisiera la Akexa esa!, repetía cada vez que cogía uno.

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