#cuentoBD    Con todo lo llovido no le fue difícil encontrar setas para echarlas a la paella. Del agua y la sal no tuvo que preocuparse porque las lágrimas que le caían mientras la hacía, le dio el punto de hidratación y sabor perfecto. Los comensales que la comieron así lo corroboraron,aunque para tragarla tuvieron que recurrir a sus propias lágrimas.