UN DÍA DE MOLIENDA


#cuentoBD    Le encantaba ir al molino el día que tocaba molienda porque ver al molinero y olvidarse del resto del mundo, era todo uno. El problema era que un heterosexual casado nunca se fijaría en él o eso creía, porque fue caerse un saco de harina y revolcarse para recogerlo con los cuerpos un visto y no visto. ¡Ay, que pan más rico!, le dijo antes de marcharse.

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